Porqué te quiero, porqué te odio 2.0

Esta sección se hizo como una reivindicación para aquellos villanos de los que nos olvidamos, pero hoy no va a ser así hasta cierto punto, porque no va a ver un "malo" en particular, sino más bien una reivindicación generalizada y que tiene que ver con el mundo de la literatura . Me refiero a...

Las reseñas y reseñistas.

Por reseña entendamos que el administrador del blog ha leído el libro en un determinado período de tiempo y luego, aparte de explicarnos de qué va el libro, poner fotitos varias, el resumen y tal, se recrea en dar su opinión del tema de forma subjetiva. Y lean bien esto SUBJETIVA. Lo que viene a ser que es la impresión que a uno le da, lo que no quiere decir que el mundo mundial tenga que opinar igual.

Como no puedo hablar de los demás, diré que cuando leo una crítica, dependiendo del blog o persona me influencia más o menos, y es que no sería la primera vez que yo amo un libro y la gente lo detesta -para más señas, diríjanse a la reseña que hice de Taibhse XD- o viceversa -lo siento, pero lo mío no es Crepúsculo-. El truco para evitar está en no dejarse llevar, sino en tener en cuenta la reseña y tú leer el libro por tu cuenta para ver qué te parece. No todos tenemos que vestir floreado porque sea el boom del verano, ¿cierto? Y tampoco somos borregos que seguimos al líder de la manada. Con todo mis respetos para los borregos.

Respecto a la hora de escribirla, como administradora de un blog, sé de buena tinta que mi reseña, ya sea positiva o negativa, habrá gente que la tenga en cuenta, y que le guste más o menos. Algunas veces los administradores pecamos al creernos dioses. Destripamos un libro con tanta maldad -yo la primera- que parece que no tenemos corazón y apenas tenemos en cuenta al autor del libro.

De la misma forma que yo cuando doy mi opinión hay gente que me pone a parir, tengo todo mi derecho a decir que no me gusta a pesar de que me maten las formas. Cuando yo digo que algo no me gusta, expongo los motivos, ya sean X o Y, lo más coherente que mi mente soñadora y sarcástica me deje. Por ello, cuando se escribe algo y se critica, se espera al menos que se te devuelva con la misma moneda. A mí no me vale que venga uno y me diga que mi opinión es una mierda, porque es mi opinión, no la de Obama, y no rige el universo. Otra cosa es que me diga que no está de acuerdo por esto y aquello y me dé motivos lícitos por los que le guste el libro. Rectificar es de sabios, y no sería la primera vez que criticas un libro y luego lees la continuación y acabas enganchado hasta la médula -véase Wake y Fade de Lisa Mcmann-.

Hacer reseñas es un hobby, sí, pero uno en el que gastas tiempo leyendo un libro, no te pagan -al menos a mí no-, y el único beneficio que puedes sacarle es que de vez en cuando una editorial se apiade de ti y te envíe algún que otro libro gratis -eso si antes no has apuñalado una de sus obras, si no te exilian de por vida. Para más señas, mi relación con Montena-. Aparte, claro está, que cuando te encuentras algo realmente bueno casi saltas de la silla. Nada más.

Y si a alguien le pone de mala hostia que se critique una obra -en mi caso con ese venenoso sarcasmo que me caracteriza-, más le jode a uno el gastarse el dinero en un libro del que me prometen el oro y el moro para que luego sea, y hablemos claro, una auténtica mierda. Que sí, que eso es algo muy subjetivo, -y volvemos a la palabra clave-, y que yo soy muy radical -o lo amo, o lo odio-, pero cualquiera que pague por algo, quiere que el resultado esté dentro de sus expectativas. Y yo me meto dentro de ese "alguien" cuando me compro uno, dos o más libros. Ojo, que no se trata de buscar la obra perfecta, sino de al menos que te haga pasar un rato agradable.

Resumiendo: Reseñas y reseñistas, ¿malos o buenos? ¿Orden del Fénix o Mortífago? ¿Tributo o Capitolio?

¡Nos leemos!