No tengo nada que decir hoy, salvo, ¿habéis visto la peli El Mapa de los sonidos de Tokio de Isabel Coixet? Es preciosa, y os recomiendo que si podéis la veáis. Además me he enamorado de la banda sonora y la fotografía, por no hablar de la protagonista, que es la actriz japonesa Rinko Kikuchi, encargada de dar vida a la Naoko en la adaptación de Tokio Blues y a la japonesa sorda de la peli Babel. Me encanta esa mujer.
Y ahora mi reseña.
La princesa Alera de Hytanica, de diecisiete años, cree que está siendo castigada con el peor de todos los destinos posibles: su padre quiere obligarla a casarse con el arrogante e iracundo Steldor. Cuando el atractivo y misterioso Narian llegue desde tierras enemigas con unos secretos e ideas diferentes acerca de los roles de la mujer en el mundo, Alera quedará tan fascinada, que se resistirá a cumplir las expectativas que se tienen puestas en ella. El descubrimiento del sorprendente pasado de Narian, empujará a Alera a un tenebroso mundo de intrigas palaciegas y antiguas luchas de linaje, haciéndola dudar de todo y de todos. Sus temores y sus deseos amenazarán con acabar con su reino.
En los bosques oscuros, entre luz y tinieblas, se cuenta una historia que aunque reciente, muchos han olvidado. Hace varios años, Cokyria e Hytanica eran reinos rivales que se vieron envueltos en una guerra sangrienta que acabó con cuarenta y nueve niños hytanicanos desaparecidos... de los cuales cuarenta y ocho aparecieron muertos a las puertas del reino. Fue una noche de luna sangrienta. Una noche en el que el destino de ambos reinos quedaron sepultados bajo el silencio de la sangre de inocentes.
Diecisiete años después, Hytanica se prepara para un gran cambio: la princesa Alera va a casarse. Es un secreto a voces que el rey quiere abdicar, que desea decargar de sus hombros la responsabilidad que conlleva manejar un país. Por eso necesita que Alera, su primogénita, elija pretendiente, porque las leyes de Hytanica exijen que solo un hombre gobierne. El rey tiene en el punto de mira a Steldor, hijo del jefe de la guardia real, un muchacho egocéntrico, educado en el combate y con todo un séquito de féminas a sus pies... en el que falta Alera.
Alera aborrece la actitud despótica de Steldor con toda su alma, y aunque ha sido educada según las costumbres hytanicanas en las que una mujer solo obedece, no puede reprimir el deseo de rebelarse a los deseos de su padre, pero sabe que no puede... hasta que llega Narian.
Narian viene de Cokyria, el país enemigo de Hytanica, y tan diferente a este como el día y la noche. En Cokyria las mujeres gobiernan, son respetadas y se les tiene en cuenta, algo inimaginable en el mundo de Alera. Cuanto más sabe Alera de Narian, más dudas le entran sobre su enlace con Steldor, hasta el punto de debatirse entre seguir a su corazón, o solo hacer lo que se espera de ella.
Si Jane Austen levantara la cabeza, se arremangaría sus faldas para asestarle una soberana patada en toda la boca a Alera. Pluf, pluf, pluf. Esos serían sus dientes.
A través de sus más de cuatrocientas páginas, Legacy desgrana el contraste de dos mundos contrapuestos que se ven unidos por el amor de una pareja adolescente cuyo trasfondo de intrigas palaciegas, mucho politiqueo y algo de acción, enlazan una trama que en esencia no dista mucho de la realidad.
No sé qué me ha ocurrido con este libro. Quizá fueran las múltiples reseñas positivas que leí sobre él, las cuales me hicieron tener una alta expectativa, pero el caso es que Legacy no es una novela que me termine de convencer.
Primer inconveniente: ALERA
El libro está escrito en primera persona y en presente desde el punto de vista de Alera, futura reina de Hytanica, un país donde las mujeres tienen la obligación exacta de un florero, sin tener en cuenta sus opiniones, excluyéndolas de todo que no sea bordar, ponerse bonitas y aspirar a ser un Huevo Kinder cuando estén casadas y dispuestas a engendrar. Desde un principio tenemos constancia de que Alera no está muy conforme con las leyes de su país, que odia permanecer sentada y no estar al tanto de nada, que no quiere casarse con Steldor.
A simple vista parece que hablamos de un alma rebelde, sin embargo, Alera nunca hace nada para cambiar la leyes, para darse un lugar en una sociedad regentada por hombres; simplemente hace todo por detrás, y cuando la cazan in fraganti, baja la cabeza, asiente, y punto. Eso de resistirse a su destino cuando conoce a Narian, vamos, se lo ha sacado de la manga quién sea, porque lo único que hace con Narian es aprender a luchar, a montar a caballo y conocer el amor, pero eso de rebelarse sí, lo piensa, pero de ahí a hacerlo un hecho hay un trecho, y ella no lo traspasa. Objetivamente hablando, es comprensible porque es una princesa destinada a gobernar dicho país, pero no por ello deja de ser una postura "cómoda", ya que Alera se queja y se queja pero de hacer, lo que se dice hacer, poco.
Segundo Inconveniente: LA PAJA
Otra de las cosas que tampoco me han gustado del libro, es toda la "paja" que le mete la autora a la historia, que unida a la lentitud que tiene hasta más de la mitad del libro, no ayuda demasiado. Escenas de más -visitas al mercado, meriendas, fiestas...-, otras de menos que luego aparecen como recuerdos y tú no sabes ni de dónde salen, diálogos excesivamente largos, parrafadas interminables describiendo uno por uno los pasos de la protagonista, hasta el punto de detallar exhaustivamente cada trapito de Alera y su hermana casi en cada capítulo, por no mencionar amigas, trajes de las amigas, cotilleos de las amigas etc etc. ¿Sabéis lo cansado y soporífero que resulta leer sobre encajes, faldas colores y peinados, al menos dos veces por capítulo? Más de una vez creí estar metida entre las páginas del VOGUE. Si quitáramos todo esto, el libro se quedaría en unas trescientas páginas fijo.
Y pese a los defectos mencionados, Legacy no es un mal libro del todo.
Una de las cosas que más me han ayudado a terminar Legacy son sus secundarios, sin lugar a dudas. Narian y su historia resultan fascinantes, hasta el punto de que en mi opinión eclipsa totalmente a Alera en cada escena que sale, y yo rezaba porque ésta se multiplicasen. Steldor es el Draco Malfoy de la historia, y aún así hace un gran papel, haciendo que lo odies y lo ames a partes iguales. London, el guardaespaldas de Alera, es otro que cada vez en entra es una brisa fresca a la historia, sobretodo cuando hace gala de su sarcasmo. Y la hermana de Alera, que con su inocencia y desparpajo me ha conquistado.
Otro punto a favor son las intrigas palaciegas, el politiqueo y enemistad que hay entre Cokyria e Hytanica, que aunque está emncionada en muchas partes, hasta que no llevas un buen trecho realmente no se hace muy palpable, pero cuando llega... ay omá, me tuvo enganchada hasta el final.
Y ya para terminar, es admirable que una chica con catorce años haya escrito un libro de tal envergadura. Pese a que peca de ser demasiado detallista, el ritmo es inconstante, la protagonista es bastante anodina y ha hecho una pasarela Cibeles de cuatrocientas páginas, hay que otorgarle el mérito a la muchacha.
Nota:
Legacy es un libro con una protagonista odiosa, a rebosar de detalles innecesarios, que tan solo las intrigas palaciegas y la tensión política entre dos países enemigos acérrimos lo hacen aprobar. Una primera parte con unos secundarios increíbles pero que, en general, no me acaba de convencer. Otra vez será.
Legacy es la primera parte de una trilogía que se lanzó en Marzo del 2010, cuyo segundo volumen, Alera, ya está a la venta. Para el tercero debemos esperar hasta el 2012. Personalmente no tengo prisa. Su precio es de 20.00 euros y lleva el sello de Roca Juvenil.
Y eso es todo por hoy.
¡Nos leemos!
4 comentarios:
Que lástima que te gustara tan poco... a mi en cambio me encantó :) y la segunda parte aún mas ^^
Un besazoo
A mi me gustó menos incluso que a ti: tanta paja (exacto, la paja, AJ) me hartó hasta extremos indecibles, y Alera es demasiado tonta... pero es que además no me pareció que Kluver fuera el colmo de los escritores. A mi el personaje de Steldor me encantó (aunque daba para mucho más) y Narian también. No sé si leeré el segundo... Tendré que informarme.
100% ok contigo.
He leído este libro y tampoco entiendo tantas reseñas q hay q lo ponen como lo maximo.
últimamente tengo la impresión de que voy a contracorriente porque lo que a mí me gusta lo odia elr esto y viceversa jaja
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