Jane juega y gana de Rachel Gibson

El otro día me pasé por mi librería de viejo favorita en busca de tesoros ocultos aún por descubrir. Este tipo de locales tienen tanto sus cosas malas como sus cosas buenas. Por ejemplo, una de las peores es encontrarte un montón de colecciones interminables sobre peinados de los ochenta o maquillaje de los noventa entre las obras del Marqués de Sade -el genio del erotismo por excelencia-.

Lo mejor, es que entre dos libros de Dan brown, puedes chocar con una joyita diminuta que alguien olvidó colocar en la seccción romántica. Y ese fue mi caso. Lo encontró la persona que me acompañaba. "Debe ser tuyo", me dijo, y yo asentí con pena. Claro, debía, pero no podía, porque me acababa de comprar dos nuevas novelas y acababa de gastarme casi cuarenta euros de la nada. A punto estaba de flagelarme cuando vi su precio: 2.50 euros.

No pude resistirme.

Y no me arrepiento.

No os he colgado la sinopsis para no dar demasiados detalles, porque como siempre ocurre en este tipo de novela -que es romántica y no juvenil- le quita la gracia a la cosa si se sabe demasiado. Haremos un pequeño resumen sin spoilear nada.

Jane Alcott tiene treinta años, está soltera, es columnista en el Times -una especie de Carrie Bradshaw anodina- y, en secreto, escribe una serie de relatos eróticos protagonizados por "Bomboncito de Miel" en la revitsa pornográfica Him. Viste de negro, es bajita, tiene poco pecho y su pelo es un desastre. Como veis es una tía normal, con una vida normal. La cosa cambia cuando su compañero del Times cae enfermo y ella tiene que suplirlo por seis meses redactando sus crónicas deportivas.

El trabajo es nada más y nada menos que viajar con los Chinooks, el equipo de hockey de Seatle y entrevistarlos después de sus partidos, tanto dentro fuera de Seatle. Jane acepta de inmediato, sin tener en cuenta dos factores importantes:

- Es una mujer.

- El portero de los Chinooks, Luc Martineau, la detesta a muerte, más incluso de lo que detesta a bomboncito de Miel y su anónima autora.

Así que Jane no sólo tendrá que hacerse respetar dentro de un mundo de hombres. Además, deberá ganarle la partida a Martineau dentro del juego de miradas, palabras malsonantes y bromas pesadas que le tiene organizada junto al resto del equipo para que se largue con viento fresco. ¿Quién ganará?

Rachel Gibson es una de mis autoras románticas favoritas desde que la descubrí hace un par de años. Sus libros siempre me han gustado mucho, pero este se lleva la palma, y no por la trama, sino por otros factores.

Lo más destacable de la novela es sin lugar a dudas el personaje principal. Jane es la antítesis de las Mary Sue, lo que en mi opinión ya le hace ganar muchos puntos. Pensar en ella es colgar la palabra NORMAL en grandes letreros sobre su cabeza. No tiene un cabello largo y brillante; tampoco es alta o tiene las piernas largas, incluso no utiliza sujetador debido a su poca "delantera". En definitiva, nadie se fija en ella para nada.

Pese a su falta de atributos físicos, Jane tiene sus virtudes: Es tenaz, trabajadora, inteligente, ahorrativa, y sabe escuchar. Desde un principio te sientes totalmente identificada con Jane, porque puede ser tú, o yo, o cualquiera de las lectoras. Aparte, en ningún momento existe un cambio drástico en el personaje, ya sabéis, como un cambio radical a lo Betty Suárez, y tiene su mérito, pues te hace ver que no hace falta cambiar para llegar a conquistar un hombre. Por cierto, mención especial a los diálogos de Jane con el equipo y Martineau: Ninguno tiene desperdicio.

En el lado masculino, al otro lado del ring, tenemos a Luc Martineau, el cliché por excelencia y el "malo-chulo-arrogante" del que todas nos enamoramos en algín momento. Nuestro hombretón es un playboy que no tiene novia pero sí que posee "follamigas" a montones. Les gustan las chicas tipo Barbie: Altas, con piernas kilométricas, abundante delantera, rubias y sin cerebro. Semejante a pirata tiene una en cada puerto. Luc es un alma libre, sin ataduras, al que le gusta vivir como le dé la gana. Por supuesto, el chicarrón canadiense no se fija ni un minuto es Jane, ya que ella es simplemente un incordio. Pero, ¿quién dice que la cosa no puede cambiar?

Lo negativo de la novela es que salvo Jane, el resto de los personajes son muy clichés: La amiga guapa, la hermana depresiva, el friki por excelencia... creo que en ese punto podría mejorarse, porque en otras novelas Gibson ha hecho un trabajo excelente con los secundarios, especialmente cuando se trataba de niños.

Resumiendo: Entre una narrativa estupenda, una trama simplona, y unos diálogos en los que te mueres de risa y ruborizas a partes iguales, vibras y hasta sueltas algún que otro gemido-suspiro, tienes esta novela que a mí personalmente me ha encantado. Tiene más de trescientas páginas, pero me la he zampado en veinticuatro horas. El libro no se lee, se devora y es compulsivo, como una enfermedad contagiosa.

Por cierto, chicas, os vais a enamorar de Luc Martineau. Ya estáis avisada de que es completamente IRRESISTIBLE.

Jane juega y gana se publicó en 2004 por Ediciones B, y lo podéis encontrar con dos precios. El precio en tapa dura es de 16.50 euros. Este es el que yo tengo, pero como bien dije lo encontré en una librería de viejo, por eso me costó tan barato. Si estáis en crisis económica, siempre lo podéis encontrar en su edición de bolsillo a 6.00 euros, lo que noe stá nada mal.

Y nada más por mi parte. Me alegra de haber hecho esta entrada, porque hacía bastante que no escfribía una reseña sobre literatura romántica. Por cierto, si tenéis otras autoras a las que recomendar de este género, me dejáis un comentario con el nombre y el título del libro, para ver si leo una reseña por ahí o la sinopsis. Espero vuestros comentarios.

¡Nos leemos!