Como ser considerada un animal en peligro de extinción

Soy muy consciente que no todo el mundo piensa igual que yo, y mucho menos es igual a mí. Nunca me ha importado tener puntos de vistas diferentes a los comúnmente conocidos, ya que el entablar una conversación sobre un tema que ofrece opiniones dispares siempre te trae nuevas perspectivas, y quizá incluso una imprevista reflexión. Además, no sé, cada uno es de su padre y su madre, como dice mi abuelo.

Y esta inusitada divagación viene al caso de que hoy me han puesto de muy mala hostia. Todo empezó cuando nos encontramos al mejor amigo de mi novio con su pareja -llamémosles Z e Y- en un centro comercial y decidieron acompañarnos porque ellos ya habían ido a comprarse ropa. La cosa es que nosotros estábamos allí para recoger la torre del nuevo ordenador y, ya de paso, aprovechar para adquirir La Guía de Jessica para Vampiros. Obviamente, acabé saliendo con mas libros de los debidos -como los tres primeros de la serie Chicago Stars de Susan Elizabeth Phillips y Generación Dead- así que mi cartera también se vio un tanto afectada.

La cosa iba bien hasta que "Y" abrió la boca para exclamar:

- Qué desperdicio de dinero. Yo con eso aproveché y me compré un montón de ropa.

Noté la sangre bullendo en mi venas, sentí mis dientes apretarse y sé que no le pasó inadvertida mi mirada desdeñosa antes de que respondiera:

- Y yo con tu cerebro hago encaje de bolillos.

Lo que equivalió a que X e Y abandonaran airadamente El Corte Inglés, yo hiciera un gesto obsceno y de mal gusto con mi dedo corazón y mi novio montara en cólera por mi gran actuación. Sí, lo admito, no fue mi momento mas estelar y me pasé tres pueblos con Y, pero estoy harta de que se me margine por mi adicción a los libros.

Parece que los lectores empedernidos somos hoy en dia una especie en peligro de extinción, o peor aún: La cultura se está yendo al traste. No importa que alguien no sepa diferenciar quién fue Colón, o crean que Jane Eyre escribió "Cumbres Borrascosas" -y juro que me ha pasado, ¡lo juro!-. Eso sí, cómo no sepas que este año se llevan las minifaldas con vuelos, y Bisbal tuvo una hija estás perdida.

Nunca le he dicho a nadie en qué debe gastarse su dinero, ¿por qué me lo tienen que decir a mí? ¿por qué si no sigo las normas, las reglas de la sociedad se me condena a vivir como una friki, como una paria social? ¿qué ocurre si en vez de gastarme cincuenta euros en un par de zapatos los invierto en cinco libros?

No soy menos que nadie, ni nadie es menos que yo. Me parece indignante, y fuera de lugar el trato que muchas veces se nos da, y ya ni hablemos del hecho de tener más de veinte años y leer literatura juvenil. Ah, joder, es como que piensan que nunca vas a crecer. Pues mira, yo tengo veinticinco, el dia del libro cumplo veintiséis; soy madre, lectora voraz y, para vuestra completa información, la que escribió Cumbres Borrascosas fue Emily Bronte; la hermana de la autora de Jane Eyre, Charlotte Bronte.

El saber sigue sin ocupar lugar, obviamente porque todo queda hundido por la ignorancia.