3 dic 2010

Sabrina contra el Imperio del Zapping de Rebeca Rus

Rebeca Rus es una autora española que en la actualidad ha publicado tres novelas. De una de ellas, Sabrina 1 El Mundo 0, hice una reseña hace ya un tiempo. Hoy os traigo la segunda parte de esta chica que me conquistó con sus locuras e idas de olla. Es inevitable que de vez en cuando se diga algún spoiler, así que ya de primeras pido perdón por ello, pero es lo malo que tiene el hacer reseñas de continuaciones.

Enjoy!

Sinopsis de Lecturalia.com:

Después de haber triunfado en el trabajo con una gran campaña publicitaria y de haber conquistado al hombre de sus sueños, Sabrina vuelve a la carga dispuesta a convertirse de una vez por todas en una adulta seria, responsable y segura de sí misma. Sin embargo, luchar contra su naturaleza «inquieta», contra las diseñadoras rubias y celosas, y contra un montón de compañeros corruptos no será tan fácil como ella creía.
El mundo de la publicidad está en peligro y para salvarse necesita a alguien con talento, con iniciativa, valiente, un fuera de serie… y que también sea un poco inconsciente.

A Sabrina Solís la vida le sonríe: En el trabajo es una publicista competente, se ha mudado a un apartamento de lujo, y para la guinda del pastel, en este apartamento de superlujo vive con ella Nico, su nuevo novio y ex jefe que está más bueno que el pan.

Por todo ello, cuando a la agencia de publicidad llega un concurso internacional de la marca Kemoto Cars, Sabrina ve en ello una vía para llegar a la cumbre de su trabajo. Pero las cosas no serán fáciles, sobretodo cuando tenga que lidiar de nuevo con Daniel, su jefe robatrabajos, o Cristinita, una becaria que lo único que hace es pasarse las horas muertas metidas en Facebook. Si a esto le sumamos que Nico recibe extraños mensajes en el móvil, y que queda a escondidas con alguien ¿cómo podrá Sabrina salir ilesa de todo ello y poderse convertir en una mujer madura y responsable al fin?

En esta nueva entrega, Rebeca Rus vuelve a hacer alarde de su humor e ingenio para traernos las nuevas aventuras de Sabrina, sus extravagantes compañeros de trabajo y sus no menos estrafalarias ex compañeras de piso. En Sabrina contra el Imperio del Zapping nos volveremos a encontrar con personajes de la anterior entrega (como Pacheco, Gus, Mónica, Ana y la maravillosa Candela), pero también conoceremos a nuevos personajes que traerán de cabeza a Sabrina, como Cristinita, una becaria hermana de un importante político o Bruno como yo ninguno, un bombe melodramático que hará que las cosas entre Nico y Sabrina se pongan algo tensas.

Personalmente, yo ya me declaré fan acérrima de Rebeca Rus en el momento que Sabrina 1 El Mundo 0 cayó en mis manos. Las aventuras y desventuras de una mujer madrileña (que no Neoyorkina) cuya meta es gastarse medio sueldo en Zara (que no en Versace) y se va de tapas y almuerza en un bar de obreros con el menú del día en vez del restaurante de moda en Manhattan, me llegó al alma y me hizo sentirme identificada más de una vez.

De Sabrina me gusta todo, desde su frescura y lealtad a sus amigos, hasta sus locuras y situaciones inverosímiles. Aunque "a la española", este libro se podría comparar mucho con damas de Honor de Jane Costello, ya que tiene las mismas situaciones desternillantes pero con ese toque de humor español a los bestia que a veces entre tanto chik lit americano echas de menos.

 
—Nos ha gustado mucho la campaña —dijo el que más sonreía de todos ellos, y los demás asintieron—. Muchísimo, es lo mejor que hemos oído en mucho tiempo. Sólo tenemos una duda: ¿Ewan McGregor?
—Sí, Ewan McGregor —contesté—. Es joven, es dinámico, transmite una buena imagen, moderna y…
—¿Quién es Ewan McGregor?
[...]
—Sí, hombre —dije con confianza—, una estrella de Hollywood; es superfamoso, escocés, hasta lleva un «Mc» en el apellido y todo… Es pelirrojo, como buen escocés… Muy guapo… a veces lleva faldas escocesas… —y le quedan de miedo, pensé lujuriosa, guardándome el pensamiento para mí.
—Pero mi madre no sabe quién es Ewan McGregor.
—Todo el mundo lo sabe.
—Mi madre no.
Pensé en pedirle el número de teléfono de su madre para comprobar si era cierto o sólo un farol, pero no lo hice. A los clientes no les acaba de gustar que insinúes que son unos mentirosos.
—Bueno, pero no creo que eso sea un problema, ¿no? —aunque empezaba a temerme que sí iba a ser un problema. Un gran problema.
—Yo creo que la idea no está nada mal, pero en vez de al McGrewoin ese deberíamos sacar a Jesús Bonilla.

Y luego están los secundarios, esos maravillosos, desternillantes e inverosímiles secundarios que muchas veces ni crees que existen. Especialmente destacar a Candela, esa chica hipocondriaca, algo tontorrona y sobretodo divertida que es lo mejor que tiene este libro. Candela es especial, uno de esos personajes que si por mí fuera pondría en un aparte y le dedicaría un libro para él solo. Y luego está Nico, que aunque aparece muy poco en este libro, es maravillosamente maravilloso, valga la redundancia. Nico es ese chico bueno que oculta unos pedazos de ojos grises y su nariz pecosa bajo un tupido flequillo que le tapa medio rostro y con el que toda mujer sueña: Ese hombre que te mira y tu corazón late desbocado, y cuando soríe de medio lado, con esa cara de niño bueno e inocente, acabas cual flan Dhul (palabras textuales de Sabrina).



—Candela, es ridículo. Necesito que tú hagas de Nico para ensayar qué le voy a decir y todo eso; así me hago una idea de cómo debo enfocar la conversación y de qué tengo que decir.
—Pues yo creo que sería mucho más divertido si lo hiciésemos al revés.
[...]
Candela claudica:
—De acuerdo. —Y comienza a repeinarse por encima de la cara su larga melena teñida de rubio hasta que apenas le veo los ojos—. Va, empecemos.
—Vale —digo, y la miro intentando imaginar que es Nico. Sin embargo, lo único que veo es a Candela toda espatarrada en el borde del sofá y con la camisa por fuera de los pantalones. También se está rascando con fruición la bragueta. Jo, esta chica necesita un máster en el Actor’s Studio pero ya mismo.
—Hola, Sabrina, pollita.
—Candela, Nico no habla así.
—Ah, ¿no?
—Pues no. Mejor empiezo yo, ¿vale? —Tomo aire y hago un esfuerzo mental enorme—: Hola, Nico. Me gustaría que hablásemos un momento de un asunto muy importante, que últimamente me preocupa mucho.
—Ahora no puedo, maja, quizá más tarde. Tengo que ir a pillarme unas birras para ver el Logroño-Badajoz. Además, acabo de recordar que he ido al baño a mear y me he dejado bajada la tapa del váter, tengo que remediar este error ahora mismo, he de volver y dejarla levantada como haría todo hombre de pro.
—¡Candela! Nico no habla así. Además, no le gusta el fútbol.
—Buf, ¿no le gusta el fútbol? Pues sí que es un bicho raro.
—Concéntrate. Va, empecemos otra vez. Hola, Nico. Me gustaría que hablásemos un momento de un asunto que me preocupa.
—Si estás hablando del asunto de mis calcetines sucios y de los pedos que me tiro en la cama, te puedo asegurar que no se volverá a repetir. —A pesar de la frase, noto que Candela se está esforzando. Sólo que está en el modo Candela de esfuerzo, y como imaginarás es un esfuerzo tirando a muy bajo, aunque ella se esfuerce mucho. Intento centrar la conversación porque, en caso contrario, nos vamos a tirar aquí hasta la madrugada.
—Esto… no se trata de eso. Tú, Can… digo, Nico, escucha y no digas nada hasta que termine. ¿Vale? —Candela asiente a través de su flequillo y luego se rasca diversas partes del cuerpo para, a continuación, soltar un gran eructo. Pongo los ojos en blanco o, mejor aún, los cierro y comienzo a hablar—. Últimamente no eres el mismo, estás como ausente y casi no hablamos. Ni siquiera nos vemos. Te pasas el día en la agencia y ni me llamas ni contestas mis mensajes. Estoy muy preocupada porque creo que esto es algo más que trabajo. —Hago una pausa, y Candela aprovecha para coger el mando a distancia y zapear como una loca—. Candela, ¿qué estás haciendo?
—No soy Candela, soy Nico, y me estoy comportando como un hombre. Es decir, estoy cambiando de canal a toda leche y sin sentido, intentando ver todos los programas de la tele a la vez para batir un nuevo récord mundial.


Pero aunque Sabrina contra el Imperio del Zapping me ha dado momentos de risas interminables, también es cierto que el libro tiene sus cosas malas. Por ejemplo, lejos de la frescura del primero, esta segunda entrega está llena de diálogos forzados, los típicos entresijos amorosos de las parejas, y algunas situaciones no son tan originales como el anterior.

Nota:



En general, Sabrina contra el Imperio del Zapping me ha dado momentos de auténtica risa, y me ha hecho enamorarme aún más de Nico y reiterarme en que Candela necesita un libro para ella sola. Una nueva entrega de Sabrina que, aunque un tanto típica y sin la originalidad de su antecesora, te deja un buen sabor de boca.

Sabrina contra el Imperio del Zapping fue publicada bajo el sello de la editorial Esencia allá por el 2009´, y su precio es de 18.00 euros. Yo lo compré en edición de bolsillo, y me costó más barato 7.95 euros, así que si estáis mal de dinero, pues ya sabes, os compráis la edición de bolsillo.

Y nada más por mi parte.

¡Nos leemos!

5 comentarios:

ifigenia dijo...

Tengo que probar el primero, lo conocía, pero no me llamaba la atención, pero me ha dejado en duda eso del toque de humor español (solo he leído chick lit americano e inglés, así que tengo que ver si me gusta).

Besos

Carol dijo...

Jejeje....lo terminé ayer...y esta muy bien aunque el primero tiene diálogos que me dejan sin palabras. Este segundo la trama de la oficina me ha parecido demasiado rocambolesca aunque en favor hay que decir que la realidad siempre supera a la ficción (trabajo en una oficina igual de absurda que esa)

Estoy totalmente de acuerdo contigo sobre Nico...creo que es uno de los personajes más carismático del libro...con lo poco que habla y lo mucho que gusta. Me he enamorado...

En general buen sabor de boca.

Diana dijo...

Holaaaa, lo tienes en pdf??:( si lo tienes me lo podrías pasar a mi correo dianaordenes1997@hotmail.com por favor, graaaaaaaaaacias:)

Unknown dijo...

Hola, lo recomiendan para una niña de 12 años?

Unknown dijo...

También me enamoré de Nico ❤